Pelé ganó tres copas del Mundo con la verdeamarela y es considerado por muchos el mejor jugador de la historia, su muerte se anunció hoy tras luchar contra un cáncer de colon.
Se convirtió en una de las mayores pérdidas del fútbol, deslumbró en Suecia 1958 con 17 años, Pelé fue el ícono de la magia y el alcance global del fútbol, y se mantuvo así hasta sus últimos días.
Un 10 especial
Nació en 1940 en la Três Corações de Minas Gerais, parecía jugar al fútbol sin respetar las leyes de gravedad.
Su «gol de los cuatro sombreros» en 1959 con el Santos, es considerado uno de los más bonitos que anotó, saltando a cuatro rivales con apenas 19 años.
Un año después de retirarse, pasó al New York Cosmos con un contrato millonario que contribuyó a promover el fútbol en Estados Unidos. Su último partido fue entre ese club y Santos en octubre de 1977.
En total anotó 1.283 goles, 767 de ellos en partidos oficiales. Tuvo un promedio de 0,9 goles por juego, algo extraordinario hasta hoy.
Además de su destreza física y calidad técnica, Pelé destacó por su visión de campo y capacidad para anticiparse a las acciones de sus rivales.
El fútbol de aquellos años era muy diferente, se jugaba a un ritmo más lento, con menor intensidad y más espacio para creadores como Pelé; pero los campos de juego eran más irregulares, la preparación física menos desarrollada y los defensas más rudos, a veces se lanzaban a «sacar» del partido a sus rivales más habilidosos, como le hicieron en Inglaterra 1966, el único que O Rei disputó sin ganar.
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