
Costa Rica reduce complejidad empresarial y fortalece su atractivo para la inversión extranjera
Avances en digitalización, infraestructura y zonas francas mejoran el entorno para negocios internacionales
Costa Rica continúa consolidando su posición como un destino estratégico para la Inversión Extranjera Directa (IED), al reducir su complejidad empresarial según la más reciente edición del Índice Global de Complejidad Empresarial 2025 (GBCI), elaborado por TMF Group.
El país ocupa ahora el puesto 58 del ranking global, una mejora notable frente a las posiciones 51 en 2024 y 45 en 2023.
Este índice evalúa 79 jurisdicciones que representan el 93% del PIB mundial y el 88% de los flujos globales de IED.

Se analizan más de 250 indicadores que cubren temas clave como incorporación de empresas, cumplimiento fiscal, nómina, beneficios y regulaciones.
Según Adrián Owen, director de TMF Group para América Central, la mejora de Costa Rica es producto de esfuerzos sostenidos en modernización digital, infraestructura, expansión de zonas francas y una estrategia nacional orientada hacia la sostenibilidad y la innovación.
“La disminución en complejidad es una señal del compromiso del país con un entorno más competitivo y atractivo para los negocios internacionales”, afirma Owen.
Incentivos tecnológicos, sostenibilidad y digitalización impulsan la IED
Costa Rica ha logrado avances en la automatización de procesos regulatorios, reducción de trámites y promoción de inversiones en sectores estratégicos como energía renovable, tecnología y manufactura avanzada.
Además, el país mantiene un entorno político estable, con incentivos fiscales y seguridad jurídica dentro de sus zonas francas, lo que refuerza la confianza de los inversionistas.

Sin embargo, persisten desafíos como la apreciación del colón costarricense (CRC), que encarece las exportaciones y reduce la competitividad en la región.
También se señalan preocupaciones por la funcionalidad de la infraestructura vial y el impacto de la inseguridad en el entorno empresarial.
Pese a ello, Costa Rica mantiene una base sólida para seguir atrayendo inversión extranjera gracias a su visión digital, enfoque sostenible y capacidad de adaptación.
Este descenso en el índice global no solo mejora su reputación internacional, sino que consolida su camino hacia una economía más tecnológica, resiliente y conectada.
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