Navidad es una época de felicidad e ilusión para muchas personas; sin embargo, hay una parte de la población que no la pasa bien porque las emociones que le desencadena esta época no son necesariamente positivas.
En ese tiempo, además aparece la frustración por las metas no alcanzadas. Ante esto, la psicoterapeuta Pilar Sandino Contreras recomienda “no enfocarnos tanto en la lista de “pendientes” sino más bien, en tomar acciones para que esas emociones no nos acompañen lo que resta de este año.
Para ella es fundamental la prevención, que busca que las personas minimicen el impacto de las emociones que genera esta época, encontrando espacios y experiencias seguras, que minimicen la frustración o desmotivación.
También para prevenir un impacto negativo en la salud mental:
- Igualmente y para evitar situaciones estresantes o desatender otras obligaciones o compromisos, es bueno organizar tiempos y presupuestos. Las compras y actividades conviene planearlas con anticipación para no vivir situaciones que generen preocupación o incomoden. Una buena idea es tratar de diferenciar entre lo que quiero hacer, de aquello que hago por obligación.
- Moderar las expectativas previene topar con decepciones. Procuremos una época de aspiraciones lucidas y realistas. El tiempo y los regalos para compartir con los demás es una elección muy personal, no todos son iguales. “Así puedo hacerme responsable de mí, más no de aquello fuera de mi alcance”
- Tener presente y atender las señales del cuerpo. La salud mental va de la mano con nuestra salud física, es necesario cuidar nuestro sueño y alimentación. Procurar mantener tiempos de descanso, facilita el equilibrio emocional en esta época.
Otras recomendaciones útiles de poner en práctica en estas fechas:
- Reformular pensamientos: reemplazar el “tengo que”, por un “quiero”, “los deberías” por “estoy en proceso de cambio “o “el ritmo que llevo para cumplir esa meta, me hace bien” también nos podemos acompañar con estas: “En este momento estoy dando lo mejor de mí”, “confió en que puedo probar diferentes opciones que me lleven a la meta” y “Quiero seguir en este proceso”.
- Nuestra mente nos juega a favor, cuando utilizamos palabras más amorosas con nosotros mismos, pues comprendemos que no le estoy dando órdenes que me generen frustración, sino, utilizar palabras más compasivas y adaptadas a nuestro proceso de cambio.
- Formular los propósitos en afirmativo y presente: Es importante comprender que nuestro cerebro no distingue entre el presente, pasado o futuro; el cerebro da por hecho que aquellos pensamientos que le enviamos se están cumpliendo.
- Contactar con la parte más sabia de nosotros mismos: Escucharla nos hace plantearnos objetivos para cada año, nos conduce a alivianar toda la presión que nos imponemos, nos alinea y recuerda que cada paso que doy es por mí y para mí. Este recordatorio nos hace entender que cada objetivo propuesto es para nuestro mayor bien.
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