La ONG Green Wolf Costa Rica, en alianza con la Municipalidad de Escazú, Philip Morris Costa Rica y la Unidad de Regencia Química de la UCR, lanzó este viernes 23 la campaña “Escazú no es un cenicero”, en busca de reducir el impacto ambiental de las colillas de cigarro en el cantón.
Los 7 colilleros con los que inicia el proyecto se colocarán en puntos estratégicos del cantón, para evitar que los fumadores tiren las colillas en las calles, aceras, parques o espacios públicos en general, y lograr una recolección eficiente de estos residuos para su posterior tratamiento.
El primero se colocó en Yakkys Bar y los próximos se colocarán en las próximas semanas.
“Nos complace añadir a Escazú a la creciente lista de cantones que están apostando por alianzas público-privadas para cooperar en la reducción de todas las formas de contaminación”, afirmó Ellian Villalobos, director ejecutivo de Green Wolf Costa Rica.
Al igual que sucede en Belén, Tibás o Montes de Oca, la Municipalidad es responsable de la recolección periódica de colillas, que a su vez se envían hacía la Regencia Química de la UCR, quien implementa un proceso llamado pirolisis, con el que se transforman dichos desechos en biocarbón.
La producción de biocarbón a partir de colillas de cigarro tiene gran potencial, pues se evita la fuente de la contaminación y se le convierte en un recurso con propiedades para mejorar la calidad del suelo y tierras de cultivo, con nutrientes que contribuyen a la preservación y salud de los ecosistemas locales.
“Queremos ver nuestras calles, aceras, espacios públicos, ríos y mares limpios. Sabemos que las colillas de cigarro son altamente contaminantes. Les pedimos que utilicen los ceniceros para evitar que las colillas sigan contaminando nuestro medio ambiente”, comentó el alcalde de Escazú, Arnoldo Barahona.
Impacto socioambiental de las colillas
Las colillas de cigarrillo son el residuo más prevalente a nivel global en las vías públicas, pues contienen una amplia gama de sustancias químicas que contribuyen a la contaminación del suelo y cuerpos de agua, dañando el ecosistema.
“Es maravilloso que podamos tomar ese desecho y convertirlo en biocarbón, un material que aumenta la productividad de los cultivos, retiene de mejor forma el agua y los nutrientes del suelo”, manifestó el director de Green Wolf Costa Rica.
“Estamos orgullosos y motivados de seguir apoyando proyectos como ‘Escazú no es un cenicero’ y colaborar en la lucha contra la contaminación ambiental”, destacó Susana Vásquez, Directora de Asuntos Externos de Philip Morris para Centroamérica.
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